PERSONALIDAD AMARGA, CORAZÓN DULCE
Comprender a personas cómo Manuel suele ser, en la sociedad general, entre difícil y perezoso, sí es cierto que Manuel se comporta de manera irregular, compleja y naturalmente pedante. Sin embargo, a mí me cuesta asimilar la actitud de la gente hacía estas personas. Que sí, no serán las mejores personas del mundo, es más, ellos mismos lo dicen, pero yo soy de esos que se compara con éstos arrogantes, lo cuál me hace ser uno de ellos y experimentar emociones similares a las de Manuel. La gente tiende a relacionarse con personalidades simples y algunas de ellas decepcionantes para la sociedad, y me hacen cada vez interesarme menos por socializar.
A veces atrae más ver una serie de pocos capítulos que te completen las sensaciones y te hagan sonreír al terminarlos. Nada cumple éstas dos pero me quedo insatisfecho con la cantidad de episodios, quiero conocer más a Manuel, quiero ver que tan reemplazable iba a ser aún más Antonia de Celsa y la magnífica relación de Vincent (Robert de Niro) con el abuelo protagonista.
Los contenidos de la serie es lo que más me ha hecho dormir a gusto: un abuelo arrogante, pedante, snob, y que aún no sabe que puede ser independiente, además un crítico gastronómico dónde tiene la libertad de describir las experiencias de los sabores cómo etapas y lujos de la vida cotidiana. También el intento de escribir un libro sobre su interesantísimo oficio y conocimiento, que incluso yo me lo leería.
En Nada todo me parece perfecto, desde un Robert De Niro culturizándose sobre Buenos Aires hasta el mismo aliento de Luis Brandoni, el ambiente de la historia hace que no me canse ni aparte la vista de la pantalla. Los directores y Luis convierten a un protagonista rancio en alguien encantador, en el ínterin, la serie se muestra más humana y naturalista durante el avance, espero ansioso más temporadas.