Lidia sigue firme en su lucha por la igualdad, pero su determinación se ve desafiada por la llegada de un nuevo fiscal, Enrico, que plantea cuestionamientos sobre su enfoque y objetivos.
Mientras Enrico considera redirigir su carrera hacia un nuevo rumbo, la tensión entre ambos crece, llevando a Lidia a confrontar no solo sus convicciones, sino también la complejidad de su relación con él.