Mask Girl es un thriller que combina el drama, el suspenso y hasta ofrece momentos de humor en una historia que en los primeros episodios parece que ya cuentan toda la historia, pero al ver los demás episodios que siguen, se nota que está dividida en dos partes. Lo que esta miniserie ofrece es una historia con elementos reflexivos sobre la sociedad.
La primera parte nos va presentando en cada episodio a los personajes que son piezas importantes para la historia. Cada uno tiene una historia que se va contando en una introducción para entender mejor los motivos de sus acciones. Eso es algo que suma bastante porque las acciones que toman los personajes en esta primera parte tienen una razón lógica. Primero se empieza con Kim Mo-Mi que solo quería ser una estrella y ser amada, pero eso nunca sucedió por no ser bella. Su única elección fue ser una streamer al estilo de OnlyFans, pero sin saber la persecución que dejaría después. Sobre todo cuando termina cometiendo un crimen debido a que se da cuenta de que solo la desean por su cuerpo. Hay que admitir que el crimen que comete y que tendrá una gran relevancia para la serie, tiene un lado hipócrita por el hecho de que Kim se exhibía y al momento de tener a alguien que la desea, lo rechaza. Esa suele ser una hipocresía bastante común en las féminas. Lo que también se plantea es la cuestión de los estándares de belleza, ya que eso es algo muy primordial en la sociedad y los que no la cumplen, no encuentran su lugar en la sociedad.
El siguiente personaje que también se vuelve importante para la historia es la víctima de Kim, cuyo nombre es Joo Oh-Nam. Se da a entender que este hombre tuvo una infancia dura que lo llevo a ser tímido y solo pudo encontrar consuelo en las chicas del anime. Su fanatismo y atracción por Mask Girl es comprensible, ya que ella se asemeja a un personaje de anime. Joo es el típico caso de persona que sufrió bullying y que eso no le permitió desarrollarse lo suficiente para poder entablar lazos sociales. No es algo para nada alejado de la realidad y es claro que hasta las personas como él, que solo se satisfacen viendo chicas de anime u otro medio ficticio, también necesitan afecto y no ser marginados sociales. Lo que él hace es justificable, pero lo que le sucede después llega a sentirse injusto.
Kim Kyung-Ja es la madre de Joo y ella se vuelve muy relevante para ambas partes de la trama de la serie. Se entiende que ella tuvo una vida dura y quiso que su hijo Joo fuera un hombre con futuro, pero está claro que ella lo reprimió demasiado y no estuvo muy al tanto de su situación durante la infancia. Se ve que es una mujer devota de religión cristiana y después de lo que sucede con Joo, su búsqueda por encontrar a Mask Girl se vuelve el detonante para que la serie se vaya convirtiendo en una historia de venganza.
Kim Choon-Ae es un personaje que no tuvo mucha importancia, pero igual sirvió de hilo conductor para concluir la primera parte de la serie. Es presentada como alguien que en su adolescencia solo fue usada como recurso y es comprensible sus motivos por querer ayudar a Kim. Se trata de alguien que también destrozó la vida de una persona que la hizo sentirse utilizada y en ese aspecto, no es muy diferente de Kim Mo-Mi. La única diferencia es que Kim Choon-Ae era más compasiva.
La segunda parte de la serie va enfocándose en Kim Mi-Mo, la hija de Mask Girl y también en como Mask Girl al fin logra redimirse. Kim Mi-Mo es presentada como una marginada solo por ser hija de Mask Girl. Es aquí donde se plantea el punto más relevante de la serie, que es si no es la sociedad misma la que crea a los criminales. Mask Girl es retratada como una criminal ante los ojos de la sociedad, pero como en el primer episodio, esta segunda parte de la serie presenta su lado más humano. Lo interesante en todo esto es que se trata de alguien que no fue aceptada en la sociedad desde su niñez y eso solo la empujo a ser una criminal ante los ojos de la misma sociedad que la rechazo. En un momento, se toca el tema de que la violencia es algo hereditario que yace en los genes y eso es un hecho cien por ciento real, pero sigue dejando planteando la posibilidad de que los criminales fueron en realidad creados por la propia sociedad o por sus propias víctimas en algunos casos. En los últimos momentos de la serie, Kim Kyung-Ja aparece guiada por el refrán “los pecados de los padres, se pagan con la sangre de los hijos” para narrar el resto de la historia de venganza iniciada a la mitad de la primera parte de la serie. Esto se vuelve algo importante para que Mask Girl se pueda redimir y halle la paz después de sufrir el rechazo que la convirtió en una criminal para la sociedad.
En conclusión, Mask Girl es una ingeniosa miniserie con una historia fresca que logra plantear ciertas cuestiones sobre quienes son realmente los criminales. Hay algunos errores y actuaciones exageradas que son opacadas por un guion bien elaborado. Sirve para cuestionar temas sobre la sociedad, los estándares de belleza, el uso de las redes sociales y como ciertas acciones afectan a otros. Su fuerte más grande es el cómo convertir a alguien en un marginado social puede llevar a convertirlo en un criminal para la sociedad. Se podría decir que no existe tal cosa como persona inocente o culpable y que, al final, un criminal sigue siendo un ser humano, por más que haya hecho algo atroz. Eso deja abierta la posibilidad de que un victimario sea una víctima y que una víctima sea un victimario. Desde una perspectiva psicológica, social y criminológica, eso hace que Mask Girl sea una buena serie. Mi calificación final para esta miniserie es un 9/10.