Jill es condenada a muerte por el príncipe heredero, su prometido, pero antes de enfrentar su trágico destino, se encuentra inesperadamente enviada seis años al pasado, justo a la fiesta donde se selló su compromiso. Consciente del oscuro futuro que le espera, Jill decide actuar rápidamente y se declara a su mayor enemigo, el emperador Hadis.
Aunque intenta retractarse, Hadis, intrigado por su audaz propuesta, la lleva a su castillo, donde la sorprende con un banquete que despierta su interés. Completamente cautivada por la deliciosa comida y el inesperado trato del emperador, Jill reflexiona sobre su situación y decide que no solo quiere cambiar su propio destino, sino también hacer feliz a Hadis.