En 1896, Villaveza del Agua, un pequeño pueblo de Zamora marcado por la pobreza y el aislamiento, se ve dominado por Garibalda, una viuda enferma que ejerce su poder con mano firme sobre la comunidad. Enfrentada a ella se encuentra Atilana, su rival de toda la vida, quien lucha incansablemente por arrebatarle el control y la influencia. Ambas mujeres, egoístas y manipuladoras, mantienen una enemistad alimentada por años de odio, enfrentándose en una despiadada lucha por el poder en un entorno rural duro y hostil.
La rivalidad entre Garibalda y Atilana no solo afecta a la comunidad, sino que arrastra a sus hijos, quienes se convierten en las víctimas principales de esta guerra sin fin. Incapaces de ver más allá de su odio, las dos mujeres no miden las devastadoras consecuencias que sus actos tendrán en sus familias, hasta que la tragedia se vuelve inevitable. Sus decisiones y acciones sembrarán el caos y el sufrimiento en el pueblo, dejando una herencia maldita que cambiará para siempre las vidas de quienes las rodean.