Hace veinticinco años Lorenzo Gómez Acuña, el hombre más poderoso de una población cercana a la capital, cambió el destino de los tres hermanos Soto. Arrebató al padre de los muchachos las tierras que trabajaba, único obstáculo para su gran proyecto inmobiliario, dejando al desafortunado Pedro Soto sin medios para mantener a sus hijos. Engañado, traicionado y desesperado, decide quitarse la vida, según les cuentan a los tres hijos. Sin otra familia a la que acudir, los tres pequeños -Leonardo, Pablo y Mario- fueron separados y entregados en adopción a tres parejas sin relación entre sí.
Pasaron los años, y Leo, el mayor de los hermanos, que pasó su juventud en América, regresa a su país natal, con el propósito de reunirles de nuevo para vengarse de Lorenzo. Pero no es una labor fácil: la pista del hermano mediano, Pablo, se pierde en un minúsculo pueblo en el norte de Jaén mientras que Mario, el más pequeño, que en su problemática juventud marchó a Argentina, se encuentra allí encarcelado por un delito menor.
Con el motor de la venganza, Leo reunirá a sus hermanos para iniciar una nueva vida bajo una identidad falsa, y desenmascarar a Don Lorenzo Gómez Acuña. Pero en el camino los hermanos Soto van a encontrarse con un obstáculo con el que no contaban: El plan de Leo que pasaba por utilizar a las hijas del empresario, para devolverle el daño que éste les hizo, no contemplaba que entre unos y otros pudiera surgir el amor.