Si fuiste uno de los millones de espectadores que se engancharon a la primera edición de Gran Hermano, seguro que recuerdas a Íñigo González. Fue un joven ceutí de 23 años que empezó a ganarse el cariño de la audiencia por la tranquilidad que demostraba siempre y, sobre todo, por sus pocas ganas de hacer las tareas de la casa. Por encima de eso, Íñigo terminó por destacar por ese polo verde que llevaba a menudo.
Íñigo entró en el concurso en la sexta semana y aguantó seis semanas más, siendo expulsado en la Gala 11 con el 56,20% de los votos. Por aquel entonces era estudiante y, un poco como el resto de habitantes de la casa, se apuntó sin saber realmente a lo que iba.
Probó suerte con las cámaras pero volvió a estudiar
El concursante del "polo verde" aprovechó al máximo sus 15 minutos de fama. Tras ser expulsado de Gran Hermano, hizo el recorrido habitual de esa época. Colaboró en el programa de Crónicas Marcianas y, cuatro años después, entró en Gran Hermano VIP 1, donde fue el cuarto expulsado. Incluso tuvo una oportunidad en la gran pantalla y tiene un cameo en la segunda película de Torrente, Misión en Marbella.
González terminó haciendo caso a su madre, que se había opuesto a que abandonara los estudios para participar en el 'reality', y regresó a la universidad. Se licenció en Periodismo y fue solo la primera titulación que conseguiría con el paso de los años. Íñigo también se graduó en Estudios árabes e islámicos e hizo un máster en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional y otro de Formación de profesor de secundaria. Para terminar de especializarse, realizó un máster en Enseñanza de Español como Lengua extranjera y otras Lenguas Modernas.
Un camino que le ha llevado a ser profesor de árabe en la Escuela Oficial de Idiomas en Almería. En su perfil de Linkedin podemos ver que previamente había ocupado un puesto similar en El Ejido, donde también fue jefe del departamento de español; además de otras experiencias como profesor de idiomas.
También ha probado suerte en el mundo editorial y ha editado dos libros: Borrachos de fama y Mercenarios de la tele. Como imaginarás por sus títulos, en ambas publicaciones habla sobre los efectos que tuvo el concurso en él.
Curioso que también podemos ver los comentarios que dejan sus conocidos sobre él, los cuales demuestran que ya no se escaquea más de las tareas de la casa. "Íñigo es un profesional proactivo, incansable e imaginativo. Inconformista y con capacidad de crítica, es una persona que aportará a cualquier proyecto al que se incorpore un punto de vista diferente y plural", escribe uno de sus antiguos supervisores.