
Batalla de restaurantes poco a poco va sumando adeptos. Tras una primera temporada con una media de 5,2% de 'share' (536.000 espectadores), la segunda entrega está superando las expectativas. Su última emisión, el pasado martes 4 de febrero, anotó su máximo 6,1% que confirma que el formato de Alberto Chicote tiene un público fiel. Algo que también queda reflejado en el promedio de esta nueva tanda de programas, 5,8% de cuota de pantalla y 550.000 televidentes.
Esta noche, martes 11 de febrero, la audiencia de Batalla de restaurantes conocerá al mejor local de Málaga en elaborar el clásico pescadito frito. Los cuatro restaurantes que optan a alzarse con los 10.000 euros de premio son: Freiduría Marisquería Moya, de Juan Moya; Taró, de Pachu Barrera; La Sal y el Son, de José Carlos Sabastro; y Sacaba Mar, de la empresaria Victoria Reyes.
A pesar de que Batalla de restaurantes tiene una mecánica muy diferente a Pesadilla en la cocina, muchos espectadores encuentran un denominador común entre ambos programas de Chicote. De hecho, un concursante de la primera temporada del nuevo formato de laSexta afirmó que "está orientado hacia el morbo" y, este año, la Cofradía del Rabo de Toro de Córdoba señaló que "no refleja la realidad! de la hostelería cordobesa.
Ahora, se suma otra punto en común: la maldición de Chicote en la que los restaurantes acaban cerrando. Y es que el primer ganador de Batalla de restaurantes, Ciclo, acaba de cerrar sus puertas. El negocio gaditano cautivó a sus rivales y al chef al igual que llevaba un tiempo haciendolo con sus clientes. "Platos elaborados con el corazón", señalaba un cliente en su reseña.
Este éxito tanto en Batalla de restaurantes como entre los comensales no ha sido suficiente para seguir abierto. "Cerramos un ciclo maravilloso. Abrimos saliendo de una pandemia para crear un ciclo nuevo, dar luz y cocinar en nuestra tierra", señala Luis Callealta, dueño del restaurante junto a su mujer Rocío, en un post de Instagram.
"Creemos que es el momento de cerrar esta etapa, para abrir una nueva. Solo tenemos palabras de agradecimiento a todos y cada uno que formaron parte de este ciclo precioso. Este Ciclo nunca dejará de girar y nos veremos en una nueva etapa de ilusión y amor por la cocina", sentencia el propietario del restaurante gaditano, quien traspasa su negocio.
De esta forma, un año después de ganar los 10.000 euros de Batalla de restaurantes, Ciclo pone fin a su andadura en Cádiz pero no por una mala gestión o falta de clientela más bien por el entusiasmo de sus propietarios en centrarse en otros proyectos.