No todas las adaptaciones son garantía de éxito por mucho que cuente con una solida base de fans interesada por el proyecto como punto de partida. Muchos son los ejemplos que nos ha dejado la industria cinematográfica sobre lo complejo que puede llegar a ser cumplir con las expectativas y, aunque a menudo cuando hablamos de adaptaciones tendemos a pensar en novelas o sagas literarias, la realidad es que cada vez es más habitual que famosas series de videojuegos sean objeto de su propia versión cinematográfica.
Dos de los grandes ejemplos más recientes de que de una adaptación puede salir algo impecable son Supe Mario Bros. La película o la que que sin duda es una de las series estrella de este 2023, The Last of Us, pero también fueron objeto de una buena acogida Uncharted, la franquicia Resident Evil aunque con sus altibajos o el exitoso anime de Netflix Arcane. Algo peores, aunque con sus elogios, fueron las adaptaciones de Doom y Monster Hunter, pero, siendo realistas, la lista de adaptaciones de videojuegos al cine o la televisión tiene más sombras que claros. No obstante, siendo positivos, la tendencia ha tendido a mejorar, y de forma bastante notable, en los últimos tiempos.
Entre las peores adaptaciones de videojuegos a menudo se mencionan Alone in the Dark, Silent Hill y Mortal Kombat y, aunque no es la que peor puntuación tiene, otra película reciente que en su día fue bastante criticada a pesar de su enorme presupuesto fue Need for Speed. Un filme estrenado en el año 2014 y protagonizado por Aaron Paul y Dominic West que tuvo una acogida de lo más tibia en Estados Unidos y que salvó su acogida internacional.
En hacer la película de Need for Speed se invirtieron 66 millones de dólares, pero de poco le sirvieron los más de 150 millones de copias de la franquicia de videojuegos vendidas en todo el mundo: nadie fue a verla al cine. Al menos en Estados Unidos, donde el filme recaudó poco más de 40 millones de dólares en total.
Sin embargo, como ha ocurrido ya con otras adaptaciones cinematográficas de famosos videojuegos como Warcraft, China estuvo ahí para salvar las cifras. Y no es que convirtiese Need for Speed en un éxito, pero elevó su recaudación a una cifra total de 203 millones de dólares que permitió que el filme alcanzase el punto de rentabilidad. En concreto, la película logró recaudar 66 millones en el mercado chino, siendo con diferencia el país en el que mejor había funcionado. Además, en el país asiático le vieron potencial para algo más: en 2015 China Movie Channel y Jiaflix Enterprises se asociaron con EA Games para desarrollar una secuela de la película, que estuviera ambientada en China y que pudiera rodarse directamente allí. No obstante, al no existir noticias al respecto del desarrollo del proyecto, resulta bastante factible que finalmente haya sido descartado.
Con una puntuación de un más que mejorable 22% en Rotten Tomatoes, la crítica estuvo de acuerdo en considerar que Need for Speed estaba lejos del atractivo del material del que era adaptación y que, a pesar de su talento y carisma entre los fans, el actor de Breaking Bad Aaron Paul no era suficiente para salvar la papeleta. En la cinta, Paul encarnaba a un experto en automovilismo con un garaje dedicado a dar rienda suelta a su gran pasión: transformar coches para hacerlos más rápidos y llevarlos a competir en carreras ilegales. Tras un periodo en la cárcel y la muerte de un amigo en la carretera, él mismo se convierte en el protagonista de una temible carrera final movida por la venganza.
