La fiebre Juego de Tronos ha llegado definitivamente a las agencias de viajes. Según un estudio realizado por una conocida empresa el pasado año, uno de cada cuatro españoles ha viajado alguna vez motivado por conocer de primera mano las localizaciones de la serie estrella de HBO.
Teniendo en cuenta que, debido a cuestiones de producción, el rodaje se alargará unos 10 meses y la octava y última temporada no verá la luz hasta 2019, no se nos ocurre mejor momento para volar a cualquiera de estos destinos, hacer tiempo sin olvidar las esquinas de Poniente y, quién sabe, ¡quizá encontrarse de lleno en el set de alguna nueva escena!
1. Irlanda del Norte
El territorio británico es el favorito de gran parte de los fans de Juego de Tronos por una razón obvia: prácticamente todo el norte de Poniente se localiza en diversos rincones de su geografía. De hecho, será un escenario clave de cara a la última tanda de episodios, en los que la zona cercana al Muro ganará una importancia vital.
Si te emociona pensar en la unión de la familia Stark (qué tiempos aquellos), tu destino ideal es el área de Downpatrick y el Castillo Ward, que sirvió como hogar norteño antes de que el rodaje de esas escenas se trasladara a Escocia. Cerca se encuentran también localizaciones de batalla, como el castillo de Audley y el bosque que lo rodea; algo más al norte, el emplazamiento de Castillo Negro y la mina de Magheramorne, localización de Casa Austera, donde tuvo lugar una de las batallas más duras de la serie.
También puedes optar por escenas algo más calmadas y visitar, por ejemplo, los Dark Hedges situados en Ballymoney, o lo que es lo mismo, el Camino Real en la ficción. O, directamente, olvidar los Siete Reinos y entrar al terreno sagrado de los Dothraki en Newry y Mourne.