Regresa a la cartelera Guillermo del Toro con una historia de terror gótico que tanto le gustan, está vez en su aspecto más clásico con romances imposibles, personajes enigmáticos, muchos y terribles secretos, una destartalada mansión y, como no, fantasmas de esos que vienen a protegerte y avisarte para que estés alerta. Sin embargo, de nuevo Del Toro vuelve a centrar demasiado su esfuerzo en el estilo y la forma descuidando el contenido
[...] La trama está dividida en dos partes claramente diferenciadas, la primera tiene lugar en Estados Unidos, donde la joven e inocente Edith se enamora del extraño desconocido que parece esconder más de un secreto, aunque el personaje que realmente pone los pelos de punta es su hermana Lucille, cuyas miradas no presagian nada bueno. La segunda parte se desarrolla en Inglaterra, en la vieja mansión donde Edith empezará a descubrir los secretos que esconde la familia de su marido, una vez que esto sucede sólo queda esperar a ver como lo resuelve con Lucille y Thomas.
Partiendo de la base de que la trama y su desarrollo no son nada originales y se trata más bien de un homenaje a este tipo de películas. Nos queda deleitarnos con ese estilo visual tan característico de Guillermo del Toro, los juegos de luces y sombras, los colores intensos (impresionante el rojo de la arcilla sobre la nieve), el vestuario y los decorados forman un conjunto artístico realmente espectacular, hermoso y a la vez decadente. En cuanto al terror, no hay muchas escenas que realmente den miedo y alguna se puede ver en el tráiler, está más en la línea de las películas de terror clásico, incluso se permite alguna licencia gore en el tramo final.
En el reparto hay que destacar la participación de Jessica Chastain en un registro sorprendente en el que no la habíamos visto hasta ahora, esta chica se está convirtiendo en una de las mejores actrices de su generación. El perverso personaje de Chastain destaca muy por encima de sus compañeros, una Mia Wasikowska a la que se ve cómoda en este tipo de personajes y que me recordó mucho a su Jane Eyre y Charlie Hunnam que parece fuera de lugar, ese peinado de niño bueno no ayuda. Tan sólo Tom Hiddleston está a la altura sabiendo trasmitir todos los matices de la malévola personalidad de su personaje.
Un ambiente espeluznante y un bello romance gótico para otra obra maestra visual que añadir a la filmografía de Guillermo del Toro.