Serie usa del 2021, de 4 temporadas y 37 capítulos, de una duración media de 60 minutos, con una valoración de 6/10, bajo dirección de Billetes Dubuque y Nark Williams y guión de
Bill Dubuque, Mark Williams, Paul Kolsby, Chris Mundy, Ryan Farley, David Manson, Martin Zimmerman, Ning Zhou, Alyson Feltes, Whit Anderson, Miki Johnson, John Shiban, Laura Deeley, Jed Rapp Goldstein. Con un presupuesto de 5 millones por capitulo. Drama thriller mafioso.
No es fácil ver cómo una serie de temática tan gastada se abre paso aunque sea de forma forzoda . Evidentemente esta serie no alcanza el nivel de Breaking Bad, pues despues de la primera temporada, se va apagando llendo de mas a menos, pero sí desarrolla con precisión una premisa atractiva, con suficientes ganchos y buena cuota de fondo moral.
Hablamos de una pieza muy bien conseguida, sostenida con grandes dosis de intriga y giros dramáticos. Pocas veces terminas un capítulo dando saltos de emoción y no suele ofrecer esos momentos épicos que te quitan el sueño. Pero sí transmite una constante sensación de peligro.
La fuerza nuclear que otorga a la primera temporada su gran nota de corte, premia a la segunda con un aprobado, y a la última con un casi aprobado por los pelos. Nunca llega a ser perfecta, pero sí cubre todas las exigencias propias al género en el que se desenvuelve.
Además del gran nivel de suspense generado, la cota interpretativa es también uno de los puntos fuertes de Ozark. Vemos a un gran Jason Bateman, primer protagonista de la sinuosa historia, a una espléndida Julia Garner, que crece a pasos agigantados conforme avanza la trama principal, y también a una Laura Linney que extraordinariamente trasciende su personaje marginal a una auténtica bomba atómica.
El aspecto que más fuerza da tanto a la factura final como a la credibilidad de la serie, es sin lugar a dudas el fondo moral en cuestión. Si en su momento vimos la evolución del antihéroe Walter White, en esta ocasión comprobamos cómo la ambición de poder es un enemigo temible que, alimentado y justificado, crece sin detenerse y actúa como agujero negro en el alma de los protagonistas. El mensaje es claro, no hay negocio posible y el fin nunca justifica los medios. Solo hay dos caminos, el bien o el mal. Las consecuencias dependerán de la elección tomada en cada situación.
la cuarta temporada de la sigue a lo suyo: una muestra áspera pero no por eso menos conmovedora del teatro de la vida. Uno de los ejes narrativos desarrollados a través de las tres temporadas previas llegó a su punto más alto. El futuro de la serie parece incierto en relación con algunos personajes y eso no tiene por qué ser un inconveniente.
La relación que empezó de forma lineal con Marty Byrde (Jason Bateman) teniendo que gestionar su relación con Omar Navarro (Felix Solis), temporada tras temporada se fue diversificando hasta involucrar a los diversos componentes de la familia. En particular, el personaje de Wendy Byrde (Laura Linney) es uno de los que más se fue transformando con el pasar del tiempo, hasta el punto de propiciar alteraciones en Marty, un personaje que a ratos parece un monje zen antes que un especialista en finanzas.
En estos siete episodios veremos a Wendy mucho más impulsiva y temeraria. Dispuesta a lo que sea, literalmente, con tal de conseguir lo que quiere. Y sintiéndose invencible y capaz de cumplir siempre su objetivo, lo que la hace más peligrosa. El principal obstáculo en la misión de supervivencia de los Byrde, que siempre están luchando por 24 horas más, será que cada uno de los jugadores de esta partida lucha por sus propios intereses personales y esto hace imposible prever quién hará ese fatídico movimiento que puede destruirlo todo.