La polémica alrededor de MasterChef continúa. Tras vivir la despedida más fría de toda su historia, en la que se criticó la actitud de Jordi Cruz, el 'talent' culinario está en el punto de mira. Muchos aspirantes que han pasado por el exitoso programa de RTVE, tanto de la versión anónimos como de la 'celebrity', han hablado sobre el formato. Si a finales de la semana pasada José Corbacho contaba la estrategia de la organización para crear mal rollo entre concursantes, ahora varios participantes de MasterChef 3 han hablado cómo vivieron su experiencia por el programa.
Hace más de ocho años de una de las situaciones más tensas -y también virales- de MasterChef. Durante la tercera edición de la versión anónimos del 'talent' culinario, un joven de 18 años presentó uno de los platos más míticos del programa: "el león come gamba". La audiencia del programa vivió aquel momento con gran entusiasmo y diversión, pero la realidad tras las cámaras fue muy diferente.
"El niño [Alberto] estaba llorando a mares y vi a las responsables del programa bailando de alegría y diciendo que se iban a hacer ricas con lo que había pasado con él", asegura un participante de aquella edición a El País. "Desde el programa niegan lo innegable. Llegabas a escuchar cómo decían por el pinganillo a los jueces a qué concursante tenían que expulsar, pero ellos te seguían diciendo que no era así", continúa. "Piensas que te van a cuidar y terminas sintiéndote como una mierda, con todo el mundo hablándote mal", sentencia el exconcursante.
Una situación de la que también ha hablado Pablo Pérez, quien siempre se ha mostrado muy crítico con el programa, con el citado medio. "Los 14 concursantes que estábamos muy afectados, llorando por todo lo que había sucedido en plató. Y eso que en pantalla no se vio ni la cuarta parte de lo que pasó. Nos metieron en el cuarto donde hacemos los descansos y, en medio de ese silencio sepulcral, una de las jefas (que no es Macarena Rey) nos dijo, sonriendo y aplaudiendo: '¡Vaya programa nos habéis regalado!'. Hay que tener cero empatía para decir algo así"
La productora busca que el espectador entre en conflicto con los concursantes. Expone al escarnio público a personas anónima
El que fuera también concursante de MasterChef 3 señala que todos fueron "conscientes de la provocación a la que había sido sometido Alberto". "La inquina con la que lo trataron no tiene nombre, por la forma en que se metieron con su plato. Conozco personalmente a los miembros del jurado y lo suyo es un papel. Es su voz, pero no son sus palabras", afirma el exconcursante. Además, el joven asegura que "controlan las cocinas". "He visto alguna nata hervir y, por casualidad, el fuego se apaga. Hornos que de repente dejan de funcionar", reconoce.
Pablo y su compañero no han sido los únicos que han hablado con el citado medio. Otra concursante de las primeras ediciones, que no quiere desvelar su nombre y que actualmente se dedica a la gastronomía de forma profesional, también ha mostrado su queja sobre el trato que se da a los concursantes. "No hay derecho a que utilicen a personas para dar espectáculo ridiculizándolos", señala la exparticipante, quien afirma que la tercera edición supuso el cambio del programa al 'show' más que al cocinado.
"Personas que han hecho el casting este año me cuentan que ya no te hacen pruebas gastronómicas como nos pasaba a nosotros, sino pruebas de cámara y que les cuentes tu vida, aunque no sepas cocinar. La diferencia de lo que busca ahora el programa es muy clara", afirma la exconcursante. "Editan a su antojo muchas de las situaciones y, por tanto, son conscientes de lo que emiten cuando se generan estas polémicas", sentencia la joven, algo que también afirma Pablo Pérez.
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