El 5 de septiembre de 2004 comenzó Gran Hermano 6, una de las ediciones más recordadas por la participación de Bea "La legionaria". Trece nuevos concursantes entraron en la casa de Guadalix de la Sierra con ilusión y esperanza de ganar. Sin embargo, tres de ellos decidieron abandonar a los pocos días por lo que tuvieron que entrar el mismo número de reservas. Y, casualidades de la vida, dos de ellos se convirtieron en los finalistas, Conrad Chase y Natacha Jaitt (ambos concursantes han fallecido).
Ninguno de los dos se convirtieron en los ganadores de Gran Hermano 6. Tras 109 en la casa más famosa de la televisión y protagonizar 18 galas, Juanjo Mateo se alzó con los 300.000 euros de premio y encontró al amor. Un romance que se acabó al salir de GH, tan solo duraron dos meses más, debido a una incompatibilidad de caracteres.
Con su peculiar look y su característico sentido del humor, Juanjo Mateo conquistó a la audiencia de Gran Hermano. El alicantino fue salvado de la expulsión en las cuatro ocasiones que fue nominado, algo que ya hacía presagiar que era uno de los favoritos por los espectadores. Y así se plantó en la final. Además, su romance con Diana Bartolomé también fue un aliciente para convertirse en ganador.
A pesar de haber entrado en GH, el concursante dejó claro que él nunca quería vender su vida. No rentabilizó la fama, pero él tampoco lo quería hacer. Solo atendió a los medios al salir de la casa de Guadalix de la Sierra y decidió volver a su tierra natal para alejarse de los focos. Así, Juanjo Mateo volvió a su trabajo como taxista y a ser una persona anónima. De hecho, a diferencia de muchos exconcursante, el alicantino no tiene redes sociales en los que los fans del 'reality' puedan conocer sobre su vida actual.
Juanjo Mateo contra 'Gran Hermano'
De esta forma, la prensa y la audiencia perdió la pista de Juanjo Mateo. Sin embargo, en una entrevista en 2009, el concursante de GH 6 cargó contra el exitoso 'reality' y la productora de aquel momento, Zeppelin, por las "condiciones abusivas" del programa. "No me sentí bien pagado porque mi vida cambió. Mi intimidad me la pagaron a 90 euros diarios, un precio nada acorde con lo que perdí. Para ellos prima el interés económico. ¿Por qué nos hacen test psicológicos para entrar y no nos ponen un psicólogo los dos años de contrato para ayudarnos a situarnos en esa nueva vida?", comentó.
"Yo no he sido un juguete roto como otros porque tengo una familia estupenda, y ser empresario me ha ayudado. Muchos me piden que les firme un autógrafo en el recibo o hacerse una foto conmigo. Los que creen que trabajar en el taxi tras Gran Hermano es un fracaso son minoría", señaló en dicha entrevista. Además, dejó claro que su aversión por la televisión iba más allá al ni verla. "Es un poco basura. Vemos cómo uno cuenta y cómo el otro se pelea con otro por hablar de éste, y la verdad es que encuentro cada vez más que no vale la pena verla", sentenció.
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