Siete años después, Gran Hermano volvió abrir su puertas el pasado jueves 5 de septiembre. Nuevos concursantes anónimos entraron a la casa más famosa de la televisión para cumplir su sueño, entretener a los espectadores e incluso hacerse un hueco en el mundo de la televisión -como ya lo hicieron Sofía Suescun, Kiko Hernández o Marta López, entre otros-. Sin embargo, además de dejar atrás su anonimato, su paso por el exitoso 'reality' de Telecinco también les puede salir caro.
Son muchos los concursantes que han pasado por Gran Hermano y que no han acabado como ellos esperaban. Y un ejemplo es el de Ana Toro, la polémica concursante de GH 10. Su paso por el 'reality' no paso desapercibido para los espectadores, incluso antes de entrar en la casa de Guadalix de la Sierra. Una foto con una bandera de España hizo saltar los rumores de que era un fichaje orquestado por los altos cargos de Mediaset, algo que desmintió y aclaró que es una vestimenta que se ponía todos los 12 de octubre (Día de la Hispanidad).
Dentro de Gran Hermano generó gran controversia con sus compañeros por su fuerte personalidad. "La gente se caga conmigo porque tengo una furia impresionante, pero no quiero sacarlo porque es malo", avisó en su presentación. Precisamente, ese carácter tan llamativo llevó a los medios a buscar a sus familiares, quienes no ocultaron su malestar con el comportamiento de Ana. "Estoy avergonzado totalmente de mi hija", pronunció su padre.
A pesar de que prometía ser una de las concursantes estrella, Ana Toro fue la cuarta expulsada de GH 10. No obstante, tuvo una segunda oportunidad al ganar la repesca pero no supo aprovecharla. La concursante fue expulsada disciplinariamente a las dos semanas por comentar cosas del exterior a sus compañeros. "Soy una metepatas", reconoció. Eso sí, en su favor hay que decir que sus compañeros no dejaron de pincharla hasta que sacaron información de fuera.
Permaneció 37 días dentro de la casa de Guadalix de la Sierra, pero fueron suficientes para marcar su vida. "Gran Hermano me ha arruinado la vida. Yo era publicista y creativa, de familia bien, con dinero, con piso en una de las mejores calles de Madrid. Ahora no me hablo con mi familia, me han tachado de loca y me han querido convertir en una friki. Me he venido a vivir a Torrevieja (Alicante) y aquí estoy muerta de asco", aseguró a Interviú en 2012.
Profesionalmente, el programa te arruina la vida y ya no te contrata nadie
Al año de esas declaraciones, el calvario de Ana Toro continuó. La concursante de la décima edición del 'reality', que también participó en GH El Reencuentro junto a Chiqui, tocó fondo y tuvo que irse a una casa de acogida. "Está viviendo una situación difícil. El lunes entrará con su hija a vivir en una casa de acogida. Ese rayo de esperanza iluminará su vida que en los últimos meses, desde que nació su hija ha sido un camino lleno de dificultades y carencias", informó Mercedes Milá.
Desde entonces, poco más se conoce sobre la vida de Ana Toro. Según declaran a Jaleos, la exconcursante se encuentra "más estable" y "no tiene ningún tipo de intención" de volver a la televisión. "Lo pasó muy mal y ahora son muy pocas personas de aquella época y de la tele las que sabemos de su vida", sentencian.
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