Alberto Chicote se ha enfrentado a croquetas rancias, masas crudas y cocinas con "más mierda que el palo de un gallinero". En las nueve temporadas que lleva al frente de Pesadilla en la cocina ha visitado todo tipo de restaurantes y ha lidiado con los problemas personales y malas actitudes de decenas de empresarios a los que no les ha ido nada bien su aventura en la hostelería. Con todo esto, nunca ha llegado a vivir la situación a la que se enfrentó Gordon Ramsay en la versión americana del programa.
"Amy's Baking Company", el 16º capítulo de la sexta temporada de Kitchen Nightmares puso a prueba la paciencia del famoso chef y lo cierto es que le superó. El conflicto con los dueños de este restaurante de Arizona hizo que, por primera vez en la historia de la producción, Ramsay decidiera abandonar su tarea y dejar a los empresarios tal y como los había encontrado.
"Hijos de p**a, no podéis venir a decirme eso"
Amy y Samy Bouzagio formaban el matrimonio que decidió abrir en 2006 un restaurante llamado Amy's Baking Company, siguiendo los sueños de la propia Amy. Los clientes pronto empezaron a dejar malas reseñas, principalmente por la pobre calidad de la comida y el mal comportamiento de los dueños. Amy siempre se defendió asegurando que eran mentiras y que esas críticas le habían costado caro a su negocio.
Sin embargo, cuando Ramsay acudió a su llamada se encontró con que el problema era mayor de lo que imaginaba. Antes de la llegada del chef, el equipo de grabación fue testigo de una acalorada bronca entre los dueños y un cliente que terminó cuando un cámara tuvo que intervenir para que no llegaran a pegarse. Tras lo ocurrido, Amy insultó al resto de comensales y se metió en la cocina.
Voy a llamar a la policía, estáis jodidamente locos. [...] Hago comida excelente. Vosotros, hijos de p**a, pensáis que podéis venir a decir estas cosas, ¿me tomáis el pelo? Es ridículo, nunca he visto algo así
El día que Ramsay acudió a grabar no fue mucho mejor. Amy y él tuvieron un gran enfrentamiento por culpa de una pizza semicruda y unos ravioli congelados que se presentaban como caseros. Sin embargo, lo que desató el enfado del cocinero fue el descubrimiento de que las propinas no llegaban a los camareros, sino que se las quedaban los dueños. Tardó poco en darse cuenta de que el trato hacia los trabajadores es nefasto. De hecho, antiguos camareros revelaron que los dueños les habían pedido tareas personales como lavarles el coche y habían llegado a despedir a 50 personas en 18 meses.
Al acercarse al matrimonio para intentar comprender su actitud y ver cómo Amy se mostraba agresiva ante cualquier comentario, Gordon Ramsay se dio cuenta de que no estaban abiertos a los cambios. "Creo que has ido demasiado lejos", dijo el chef, a lo que la dueña respondió: "ok, termina el programa". "No puedo ayudar a personas que no se pueden ayudar a sí mismas y que nunca pueden aceptar las críticas. Si no estáis dispuestos a cambiar, no voy a pelear, argumentar, gritar o como quiera que lo llaméis, esto no es normal. Tenéis derecho a llevar vuestro negocio como queráis. Yo tengo derecho a hacer lo correcto y lo correcto para mí es irme de aquí".
El cierre del local y divorcio
El episodio se emitió el 10 de mayo de 2013 y fue uno de los favoritos del público. Empresarialmente, el matrimonio era un desastre, pero resultó puro entretenimineto para la audiencia. Después de la emisión, muchos curiosos se acercaron al local, lo que provocó más comentarios negativos y enfrentamientos con los dueños.
El negocio terminó cerrando el 1 de septiembre de 2015 a causa de problemas con el propietario del edificio, según aseguró el matrimonio Bouzagio. La pareja se mudó a California y, posteriormente, a Israel después de que Samy fuera deportado tras comparecer en el tribunal de inmigración. Al parecer, según Arizona Republic, tenía cargos de drogas y extorsión. De hecho, se le había prohibido el ingreso en Francia y Alemania. Años después, terminaron divorciándose y Amy regresó a Estados Unidos. A día de hoy gestiona una cuenta de repostería en redes sociales.