23 años después, 'Los lunes al sol' de Fernando León de Aranoa sigue siendo emocionante
Tras la quiebra y posterior cierre de los astilleros de la costa atlántica española, muchos trabajadores han quedado en paro y, durante años, tampoco han conseguido obtener un nuevo empleo. Es la situación de Santa, Lino y Amador, tres amigos que han convertido cada lunes en una especie de ritual para encontrarse en el ferry que va a Vigo y acudir a la oficina de empleo en busca de un puesto de trabajo. Sin embargo, cada lunes la situación también se repite: el funcionario de turno siempre tiene la misma noticia, que no son candidatos idóneos para el puesto.
En el año 2002, Javier Bardem, José Ángel Egido y Celso Bugallo protagonizaron juntos la película Los lunes al sol, un largometraje dirigido por Fernando León de Aranoa que, más de 20 años más tarde, sigue teniendo el honor de ser una de las mejores películas españolas de la historia. O por lo menos del siglo XXI.
Ganadora de la Concha de Oro en el prestigioso Festival de Cine de San Sebastián y acogida con grandes elogios por parte de la crítica española en aquel momento, la película fue elegida por la Academia de Cine como la candidata española para representar al país en los Oscar como Mejor película de habla no inglesa, pero no fue nominada.
Hoy, Los lunes al sol es la película elegida por el espacio dedicado al cine más prestigioso de RTVE, Historia de nuestro cine de La 2, y se emitirá en abierto a las 22 horas.
Asimismo, Los lunes al sol también triunfó en su edición en los Premios Goya, siendo ganadora del premio a Mejor película, Mejor director y Mejor actor para Javier Bardem, entre otros.
Una conmovedora y tierna película que funciona como una perfecta reivindicación política sobre uno de los grandes problemas sociales de este siglo y que, al mismo tiempo, se inspira en las historias reales de muchas personas y familias que con la reconversión industrial fueron víctimas de despidos masivos.
Santa, Lino y Amador son la representación de esas personas: cada uno afrontando de distinta manera las dificultades de la vida al tiempo que disfruta de las pequeñas cosas, esos ratitos de lunes al sol en el que los hombres disfrutan de su compañía y comparten sus pensamientos lejos de las frustraciones que les aguardan en su vida privada.