Nadie quería hacer la película
Robert Zemeckis quiso presentar el proyecto de filme sin la ayuda de Steven Spielberg, ya que no quería que pareciese que se apoyaba en su mentor. Ningún estudio quería invertir en la película porque parecía demasiado dulce para la rebeldía de los 80. Disney aceptó pero no querían que un chico se diese un incestuoso y extraño beso con su madre, aunque las cosas cambiaron cuando Zemeckis sorprendió a todos con Tras el corazón verde.