Después de Toy Story, Monstruos S.A. y Cars, Los Increíbles fue la cuarta cinta del estudio en contar con una secuela. La cinta se estrenó 14 años después de la original, y volvió a demostrar que no siempre se cumple eso de que "segundas partes nunca fueron buenas". En este caso, esta segunda parte puede presumir de ser superior a su antecesora, y su director Brad Bird por fin pudo ver cumplido ese sueño de continuar la historia de la familia Parr en la gran pantalla, que tenía desde que vio la luz la original.
La acción comienza meses después de los sucesos ocurridos al final de la primera entrega. Pese a que la familia Parr consigue parar los pies a uno de los villanos más conocidos del país, vuelven a situarse en el punto del mira del gobierno. Sin embargo, su vida está a punto de dar un giro cuando un multimillonario les ofrece ayuda para conquistar a las potencias mundiales para que retiren la ley que prohibe a los superhéroes. Las cosas no serán tan sencillas como habían imaginado, y la familia al completo, incluido el pequeño Jack Jack, tendrá que verse las caras con un enemigo inesperado.