Pixar no ha dejado de sorprendernos desde que nos regaló aquella delicia llamada Toy Story, y casi un cuarto de siglo después de aquel bombazo de la animación nos regaló una cuarta entrega de la franquicia protagonizada por Woody y Buzz. Esta nueva aventura de los juguetes más queridos de la gran pantalla contó con Josh Cooley como realizador, con un guión de Stephany Folsom y Andrew Stanton.
Woody se enfrenta a un nuevo desafío, cuando tiene que acompañar a la pequeña Bonnie a su primer día de colegio. Una vez allí, se emociona al ver que la pequeña, a la que Andy donó todos sus juguetes favoritos, consigue superar su primer día con una sonrisa. A su regreso a casa, en la mochila ya no viaja solo. Su nuevo compañero, apodado Forky, es un curioso tenedor de plástico al que Bonnie ha dado vida al ponerle ojos, brazos, piernas y boca. Woody se convierte en su protector, y esto le lleva a perderse una vez más. Ahora toca hacer lo posible por encontrar a su niña, y para ello necesitará la ayuda de una vieja amiga que se encontrará en su camino.