El 30 de octubre de 2012, hace seis años ya, el mundo conoció una noticia de ésas de las que marcan épocas: The Walt Disney Company había comprado Lucasfilm por 4.050 millones de dólares. El plan de la compañía de Bob Iger era, obviamente, exprimir su nueva propiedad intelectual hasta las últimas consecuecias, y rápidamente se anunció que se pondrían a trabajar en nuevas películas de Star Wars.
Las reacciones a esto fueron variopintas: desde la emoción incontrolada por la perspectiva de nuevos films ambientados en una galaxia muy, muy lejana, hasta el desdén por la posibilidad de que la Casa del Ratón domesticara la saga, aunque, por algún motivo, parece que nadie lamentó que George Lucas fuera apartado de su criatura. Lo que sucedió después es de sobra conocido: Star Wars: El despertar de la Fuerza batió varios récords en taquilla, Rogue One logró que un número nada desdeñable de espectadores supiera por fin qué era un spin-off, y Los últimos Jedi nos regaló los momentos más desquiciados de la historia de la franquicia.
Tan sólo cinco meses más tarde hemos tenido Han Solo: Una historia de Star Wars, y han seguido ocurriendo cosas. Cosas no necesariamente buenas, pero en cualquier caso muy interesantes de comentar, y que pueden arrojar una luz muy distinta sobre lo que creíamos que iba a ser el futuro de Star Wars aquel 30 de octubre de 2012. Estudiémoslo en 7 claves o, si lo prefieres, puedes verlo en vídeo sobre estas líneas.
La sombra de 'Los últimos Jedi'
Guste más o menos la incursión de Rian Johnson en la saga, lo cierto es que la galaxia nunca volverá a ser la misma tras el Episodio VIII. Antes, el canon posterior a 1983 se había movido entre las excentricidades de un Lucas que cada vez perdía más el contacto con la realidad y, después de la compra de Lucasfilm por parte de Disney, entre el inmovilismo y la nostalgia de El despertar de la Fuerza y Rogue One. Sin embargo, Los últimos Jedi nos presentaba una situación extraordinaria: todo el poder ahora había recaído en las manos de un fan con muchas, muchas ganas de jugar.
Esto condujo a locuras como Luke siendo un viejo amargado y cobarde, Yoda ordenando quemar los libros de la Orden, Snoke muriendo prematuramente, Luke ordeñando una vaca alienígena, Luke utilizando al Fuerza para hacer un holograma de sí mismo y morir a continuación... Resultado de todo esto: una separación enorme entre las impresiones de crítica y público, oleadas de haters, y la sensación de que quizá Disney había apretado demasiado el acelerador. Igual era necesario volver a terrenos más familiares, ¿no?