Cerebros masticados por ahí, vísceras por aquí, sangre por todos lados... Ya sea en tono de comedia, de terror o de romance, los zombis han sabido encajar en cualquier género cinematográfico. Son muchos los proyectos audiovisuales que les tienen como reclamo para los que disfrutan viendo lo difícil que es sobrevivir cuando un solo mordisco significa el final. Siempre han sido tratados como parias, villanos y seres repugnantes. Pero no hay que olvidar lo bien que nos lo han hecho pasar. Por eso, para rendirles homenaje a los muertos vivientes, en SensaCine hemos elegido nuestra película de zombis favorita.
Zombies Party, Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro, Yo anduve con un zombi, Resident Evil, Ogullo + prejuicio + zombis y Bienvenidos a Zombieland son algunos de los títulos que a cada uno de nosotros se nos viene a la mente cuando pensamos en un filme con estos seres. ¿Y a ti?
'Zombies party' (2004)
¿Quién dijo que el apocalipsis tiene que ser serio y aburrido? El cine y las series están plagados de historias demasiado solemnes sobre supervivencia zombi, pero Edgar Wright llegó dispuesto a acabar con eso en 2004, cuando estrenó Shaun of the dead, más conocida en España con el loco título de Zombies party (una noche... de muerte), algo que pega mucho más con su espíritu, dónde va a parar.
El cineasta británico logra poner su toque particular incluso en una cinta de terror como esta. Solo alguien como Wright puede incluir una escena en la que los protagonistas intentan acabar con dos no-muertos lanzando vinilos y se marcan una conversación sobre gustos musicales entre medias. O matar a un zombi a ritmo de Queen y su 'Don't stop me now'. Si llega el fin del mundo, que nos pille dentro de la Trilogía del Cornetto.
Sara Heredia
'Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro' (1992)
¡Cómo echo de menos la etapa más alocada de Peter Jackson como director! Responsable de joyas tóxicas como Bad Taste (la película de extraterrestres más gore que vas a encontrar) o El delirante mundo de los Feebles (todo lo que ¿Quién está matando a los moñecos? quiso ser y ni se acercó). Cuando supe que debíamos elegir nuestra película o serie favorita de ‘género zombi’, por un momento dudé si tirar por la seriedad de Romero y su La noche de los muertos vivientes, la explotación italiana de Fulci con su Nueva York bajo el terror de los zombis, o bien por las horas de diversion que me han dado la dupla Robert Kirkman/Frank Darabont con The Walking Dead. Pero, finalmente, me decanté por la película que se jacta de tener más litros de hemoglobina en su metraje: Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro. En ella un joven trata de conquistar a su vecina, lidiando a la vez con su madre: una posesiva y manipuladora señora que le tiene atemorizado. Todo se complicará cuando ésta sea mordida en el zoo por un extraño roedor traído desde África. Una locura que ha de ser disfrutada rodeada de amigos y litros de cerveza, que lo tiene todo: un mono rata que porta una maldición, un bebé zombi, una de las protagonistas españolas de la serie Chicas de hoy en día, un cortacésped usado como arma letal… Una cinta muy bestia e irónica, que merece ser revisada una y mil veces pese a que, como le sucede a casi todo el cine de principios de los 90, los años no pasan en balde por ella.
Tomás Andrés
'Resident Evil' (2002)
He de reconocer que no soy muy fan del género zombi y son pocas las series y películas de esta índole que han pasado por mi retina. Me enganché como casi todos a The Walking Dead y perdí el interés con el paso de los años, también como casi todos. Dicho esto, nunca está de más ver un par de películas y series de este tipo para saber cómo reaccionar cuando llegue el apocalipsis (zombi) y para tener conocimientos suficientes para preparar un modesto kit de supervivencia llegado el momento. Por este motivo, recomiendo ver Resident Evil, aunque nadie duda de la destreza de Milla Jovovich cargándose a estos seres de ultratumba, por otra parte nos enseña qué cosas no debemos hacer, como ir con un espectacular vestido rojo para plantar cara al peor momento del planeta, y a pesar de ser ágil con las armas, demostrar una capacidad de reacción casi nula a la hora de tomar decisiones. ¿No os han dado ganas de meteros en la pantalla y decirle: “Espabila, tía”? Es cierto que la pobre Alice padece un sinfín de penurias y fechorías a lo largo de la saga, pero ¿cómo esperáis que sea el apocalipsis? ¿La fábrica de chocolate de Willy Wonka? Otro par de lecciones que nos deja Resident Evil es que los americanos siempre andan detrás de los virus, apagones y grandes males de la Tierra, y que quién menos te lo esperas te puede traicionar.
Lourdes De Paredes
'Orgullo + prejuicio + zombis' (2016)
Jane Austen y zombis. ¿Puede haber una combinación más bizarra? Fue a Seth Grahame-Smith a quien se le ocurrió convertir la historia de las hermanas Bennett en una novela de terror y acción en Orgullo y prejuicio y zombis. El libro, del que Austen es coautora, se publicó en 2009 y siete años después llegó a las salas de cine su versión cinematográfica Orgullo + prejuicio + zombis a cargo del director Burr Steers. Seamos sinceros, la película deja mucho que desear, pero para los que no somos fans acérrimos de los muertos vivientes, la cinta entra sola por varias razones: su juego con la historia original creada por la autora británica, el mundo distópico en el que los humanos conviven con estos series y, en definitiva, porque no es la típica película de zombis. Además, su reparto no está nada mal: Lily James (Cenicienta), Charles Dance (Juego de Tronos), Matt Smith (Doctor Who) y Lena Headey (Juego de Tronos).
Andrea Zamora
'Bienvenidos a Zombieland' (2009)
Ningún experto te dirá que Bienvenidos a Zombieland (2009) es la mejor película de zombis, pero cualquier amante de este subgénero del cine de terror reconocerá que es una auténtica oda –y encima, divertida- a estos títulos sobre muertos vivientes que nos han fascinado toda la vida y que encima han sentado las bases para toda una mitología que sigue influyendo en las nuevas producciones. Lo que me encanta de Bienvenidos a Zombieland principalmente es que es divertida a rabiar. También me encanta Woody Harrelson en su papel del Tallahassee, pero, si he elegido la cinta dirigida por Ruben Fleischer es por su “contribución” a la hora de convertir a los espectadores en los mejores supervivientes de un apocalipsis zombi.
¿De qué sirve haber visto tantas películas de zombis si no aprendemos algunas cosas básicas como que debemos estar en forma (Regla Nº1: Cardio), que hay que asegurarse de rematar a los muertos vivientes (Regla Nº2: Rematar) o que los servicios públicos pueden suponer un peligro extra (Regla Nº3: Cuidado con los baños)? Contando los días para Zombieland 2: Double Tap.
Alicia P. Ferreirós
'Amanecer de los muertos' (2004)
Había pensado en escribir sobre El regreso de los muertos vivientes (1978) original de George A. Romero, pero al final me he decantado por su 'remake' Amanecer de los muertos, dirigido por Zack Snyder (300, Batman v Superman). Aunque no admiro especialmente las películas con muertos vivientes, el guion de James Gunn -sí, el James Gunn de Slither: La plaga y Guardianes de la Galaxia de Marvel Studios- va como un tiro desde el principio.
Todo empieza cuando la enfermera Ana Clark (Sarah Polley) vuelve a casa después de una larguísima jornada de trabajo. Distraídos, ni ella ni su marido se fijan en unas noticias de última hora y, a la mañana siguiente, una niña pequeña entra en la casa y acaba con la vida de él, que casi de inmediato se convierte en zombi. Ensangrentada, Ana huye muerta de miedo por la ventana del baño y escapa en su coche hasta que se estrella y pierde el conocimiento. El ritmo frenético es precisamente una de las mayores cualidades de Amanecer de los muertos: siempre estás en tensión como espectador y nunca sabes cuánto tiempo les queda a los supervivientes, ya sea en un garaje o en un centro comercial. Puede que en ella escasee la sustancia, cierto, pero Amanecer de los muertos funciona muy bien como puro entretenimiento.
Santiago Gimeno
'Yo anduve con un zombi' (1943)
En Yo anduve con un zombi (1943), a cargo del genial Jacques Tourneur, hay ecos de Jane Eyre, el clásico de la literatura de Charlotte Brontë, y de la Rebecca (1940) de Alfred Hitchcock –no en vano ambas fueran producidas por Val Newton–, pero más allá de referencias y vínculos, se trata de uno de los trabajos más poéticos del género. La película fue una de las primeras serie B de la RKO bajo la tutela de Newton y la segunda colaboración del productor y Tourneur tras la buena acogida de La mujer pantera (1942), y hoy todavía sigue brillando como uno de los títulos más míticos del género. La sinopsis es mínima –Betsy es una joven enfermera canadiense que se desplaza hasta la ficticia isla de San Sebastián, en Las Antillas, para cuidar a la esposa de Paul Holland, el jefe de una plantación, quien ha caído en un extraño coma– pero Tourneur logró hacer de esos mimbres narrativos un filme de poderoso alcance en apenas 66 minutos de duración. “Aquí no hay belleza, sólo muerte y descomposición”, le dice Paul a Betsy en su primer encuentro, y esa sentencia, de romántico y misterioso tono, pronto desvelará un mundo oculto, consecuencia de siglos de tensiones entre los nativos y los colonos. Atmósferas oníricas en las plantaciones del Caribe, personajes inquietantes y una celebración del fantástico por el fantástico que ha de estar en el canon de todo buen amante del cine de zombis.
Paula Arantzazu Ruiz