Ahora es una de las series insignias de Netflix y vale hasta el último euro invertido en ella, pero hace unos cuantos años, cuando empezamos a escuchar hablar de The Crown, el dinero invertido en la producción por parte de la compañía protagonizó unos cuantos titulares. Según lo reportado, la primera temporada de la merecidamente prestigiosa serie había costado 100 millones de libras, lo que en aquel momento la convertía en su serie más cara hasta la fecha. Luego la superaría de The Get Down, pero mientras la ficción musical no tuvo buen pronóstico, la histórica creada por Peter Morgan resultó de lo mejorcito que a Netflix le pudo pasar en la vida.
Pero que una serie centrada en la historia de la Familia Real británica con la Reina Isabel II como eje central, cuyas tramas se desarrollan en enormes, lujosos e históricos castillos y entre personajes vestidos de época, cueste mucho dinero no debería ser una sorpresa para nadie. De hecho, a medida que la ficción ha ido avanzando, el presupuesto ha seguido creciendo y la serie ya es, sin medias tintas, una de las más caras de la historia.
Lo que sí resulta más sorpresivo es que Netflix entregase un cheque de 100 millones a su creador, Peter Morgan, sin que ni siquiera ver un guion. Pero así se dice que fue y así lo recogía Telegraph en 2016 en un interesante artículo con declaraciones de Ted Sarandos, jefe de contenido de la plataforma. Corría el año 2013 cuando el guionista Peter Morgan y el director Stephen Daldry fueron a ver a Sarandos con una idea para una serie de televisión y, solo treinta minutos más tarde, este les confirmaba que podrían contar con 100 millones de libras esterlinas.
No le hacía falta ver un guion. Como se anunciaría al año siguiente, la serie se llamaba The Crown, adaptaría la obra teatral desarrollada por el propio Morgan The Audience y versaría sobre la vida de la Reina de Inglaterra. Morgan, además, había sido el guionista de la exitosa película The Queen protagonizada por Helen Mirren en 2006, así que Netflix lo vio claro.
Y aunque no siempre ocurre, en este caso no se equivocaban. The Crown, que ahora tiene cinco entregas a sus espaldas y concluirá para siempre con una sexta que pondrá el broche de oro abordando el reinado de Isabel II ya en el siglo XXI, es una de las series más elogiadas, queridas y premiadas de Netflix y le ha brindado muchas alegrías a la plataforma.
No solo en forma de premios, además. Tal y como recogía el interesante artículo de Telegraph con Sarandos, The Crown les ayudó bastante en su objetivo de expandir su base de suscriptores y ampliar su alcance a un grupo demográfico de más de 50 años. "Mucha gente piensa: 'Bueno, mis padres nunca usarían Netflix'", comentaba Sarandos a la publicación coincidiendo con el lanzamiento de The Crown. "Y yo digo: 'Bueno, probablemente dijiste que tus padres nunca usarían Facebook, pero ahora lo hacen'. Solo necesitan una razón. Creo que The Crown será una razón por la que una generación mayor podría irse a Internet".
Según reconocía Sarandos, aquello fue lo que les enseñó tener Downton Abbey en su catálogo durante un tiempo: "Fue nuestra primera sensación de que un gran drama de época británico podría tener un atractivo generalizado en nuestra plataforma". Y ni siquiera le parecía caro: "Ese presupuesto si fuese una película resulta bastante modesto. Y cuando lo ves en pantalla, no le falta de nada. Cuando pensamos en presupuestos, ¿por qué no hacer episodios de 20 millones de dólares la hora? Eso estaría mucho más cerca de cualquier película".
Con el tiempo, se ha demostrado que tenía razón. Aunque un mayor presupuesto no garantiza una buena serie, ya no es raro que una serie cuente con grandes cifras de dinero, sobre todo si son garantía de éxito, tal y como ocurre con Stranger Things y, por supuesto, también con The Crown.