Pesadilla en la cocina tiene dos claros objetivos. Salvar del cierre al negocio que visita Alberto Chicote y su equipo, pero también conseguir el mayor dato de audiencia posible. La combinación de ambas a veces no compaginan muy bien y algunos hosteleros han mostrado su descontento tras su aparición en el programa de Atresmedia. De hecho, la propietaria del Café Zamora, Soledad Álvarez Nieto, reconoció que ha necesitado "ayuda psicológica" tras la emisión del programa.
Hace más de seis años, Alberto Chicote y todo su equipo viajaron hasta Castilla y León para conocer y echar una mano a un bar de Zamora que estaba viviendo una situación muy complicada. El Café Zamora, ahora El Zamora, despidió a 25 personas en tres meses por el mal funcionamiento del negocio. La dueña lo achacaba a que los empleados no atendían a sus exigencias, mientras que ellos destacaban la desconfianza que su jefa tenía en ellos.
Sole fue una de las que en 2017 encabezó "la primera asociación de afectados de Pesadilla en la cocina". La idea era presentar una demanda conjunta por "promesas incumplidas" y "vejaciones" por parte del chef y el programa, pero no se supo más. Lo que sí interpusieron fue por supuestos "comentarios vejatorios e injuriosos" o "intromisión ilegitima en el honor", pero la justicia dio la razón a Chicote y al programa de La Sexta.
Su experiencia tras la emisión del programa
Sole, como otros participantes de Pesadilla en la cocina, ha confesado que "esta todo preparado". La propietaria reconoció en Cenando con Pablo, conocido canal de YotuTube, que el programa sigue "un guion y una provocación" para que suceda lo que ellos tienen planeado. Además, afirmó que los conflictos son forzados por unos guionistas que están al día de cada pequeño defecto que pueda surgir para hacer saltar la chispa.
"Por audiencia no puedes cargarte a una persona. Psicológicamente, quedé muy tocada, con ayuda psicológica, parecía que veía fantasmas por todas partes", afirmó al 'youtuber'. "La gente habla por hablar, porque no conocen el tema. No lo entiendo viendo cómo se me puso, de maltratadora, psicópata, que estaba para tirarme...", señaló la dueña que también reconoció que se sintió "defraudada".
La dueña afirmó a Pablo que "los comensales que vinieron son elegidos por ellos [por el programa] y saben perfectamente lo que tienen que decir y hacer". Entre los clientes que asistieron a la grabación se encontraban familiares de Sole, quienes le confesaron que había mesas que reclamaron y se quejaron porque la dirección del programa así se lo había pedido.
"Si me pagasen, tendría casa en Torrevieja": salió en 'Pesadilla en la cocina' hace 7 años y no se libra de verse en televisión cada 3 semanasLa visita de Chicote al bar zamorano estuvo marcada por el final del programa. Y es que, por primera vez en la historia de Pesadilla en la cocina, el equipo del exitoso formato abandonó antes de completar el proceso de reapertura. La razón no fue otra que aquello que iba mal antes de la reforma y los cambios en el negocio: la terquedad y la intransigencia de la dueña. Un abandono que la dueña afirma que es "mentira, lo acabó. Lo maquillaron así y se marchó. Yo no lo eché, se marchó solo".
"Si la gente piensa que te solucionan la vida, no. Te la pueden complicar. O haces borrón y cuenta nueva, y sigues tu camino, o acabas muy mal", sentenció Sole.
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