No es de extrañar que fuese nominada al mejor guión original: Su complejidad y originalidad es más para mayores que para peques, su planteamiento de cómo funciona la mente de una niña y su paso a la adolescencia es brillante. A su vez, técnicamente, como suele pasar con Pixar, es espectacular, vistosa y colorida. Su apuesta de 2015 subió el nivel exponencialmente, quizás demasiado para un público infantil. Pero al final, los mayores la disfrutan y los más pequeños, aunque haya cosas que no puedan entender, gozan con una aventura colorista muy bonita y divertida