El dinero no da siempre calidad. Y pongamos dos ejemplos muy claros: el primero, la escena de Speed 2 en la que el barco sin frenos destruye un pueblo. El segundo, el día D representado por Steven Spielberg en Salvar al Soldado Ryan. ¿Cuál diríais que costó más? Exactamente: la del barco costó 25 millones de dólares mientras que la épica batalla de casi media hora apenas llegó a 12 millones. El dinero no da la felicidad ni, aparentemente, buenas películas.
Salvad a la cámara, por favor
Ojo al giro de guion que ocurrió tras las cámaras de Salvar al Soldado Ryan: originalmente iba a ser dirigida por Michael Bay, pero, por suerte o por desgracia, tuvo que marcharse al no saber cómo tratar el material. Entonces dio paso a Steven Spielberg, que vino recomendado por Tom Hanks. En otro universo paralelo, la película es mucho más espectacular (y, reconozcámoslo, probablemente bastante peor).
Esta joya es una de las películas bélicas más precisas jamás realizadas según un veterano de guerra experto en cineEso no quita para que el antaño Rey Midas del Cine cometiera algún que otro error. Por ejemplo, el momento en el que Tom Sizemore y Edward Burns corren a lo largo del puente detonado por el mismísimo Ryan, Matt Damon, podemos ver a un cámara con alguien sujetándole el cable abajo a la derecha de la imagen. Por suerte, nadie se dio cuenta entre el vaivén de las cámaras, la espectacularidad del momento y la épica.
Por cierto, la gente suele olvidarse de que este fue uno de los primeros papeles serios de Vin Diesel. Sí, tal y como suena: el aquel momento, el protagonista de The fast and the furious trabajaba de telefonista y había dirigido su primera (y, por ahora, última) película: Strays. Tuvo la suerte de que Spielberg la viera y el resto es, simplemente, historia. A correr por Normandía como si no hubiera un mañana sin imaginar que allí le esperaban más franquicias y billetes de los que podría contar.