Algunas salas de cine han tomado duras medidas para evitar que las personas utilizan sus teléfonos móviles durante la proyección de la película, pero el Prince Charles Cinema de Londres ha ido un paso más allá: ha decidido contratar a ninjas para acabar con estos comportamientos inadecuados.
Son personas de la calle que acceden como guardias de seguridad, y cuya única retribución es el acceso gratuito a la sala. Vestidos con ceñidos trajes negros, deben vigilar a los clientes que estén hablando, enviando mensajes de texto, tirando palomitas, pateando los asientos o simplemente siendo groseros. Una vez identificado el sujeto, los ninjas tienen que dar a la persona un sermón.
Uno de los clientes de la sala afirmó: "recibí un mensaje de un amigo cuando la película acababa de empezar. Lo último que esperaba era que dos personas aparecieran y nos pidieran que nos calláramos con las luces apagadas. Nos llevamos un gran susto, pero luego pensé que es una forma curiosa de evitar este tipo de conductas".
Tomás Andrés