Dinosaurio (2000)
Disney no quería ser el único estudio sin un filme de dinosaurios. Y para celebrar el nuevo siglo la compañía echó la vista atrás y nos trasladó hasta el periodo cretáceo, con una película hecha íntegramente por ordenador y con un desorbitado presupuesto de más de 130 millones de dólares, convirtiéndose en la producción más cara de ese año. Sin duda, el espectacular diseño del filme sirvió para dejar claro que estaban a la altura de Pixar.