Para diseñar las localizaciones de la película, Pete Sohn viajó al Oeste americano en la compañía de la productora Denise Rean y la directora de fotografía Sharon Callahan. En concreto, se desplazaron al icónico valle donde fuera rodado el icónico western Raíces profundas, en el estado de Wyoming.
El equipo quería experimentar un contacto con la naturaleza similar al que tendría Arlo durante su viaje, y para ello Pete, Denise y Sharon decidieron montar a caballo y perderse por multitud de campos y bosques, además de navegar por los rápidos de un río en la compañía de un enigmático guía que les causó una honda impresión. Una vez, a éste se le cayó una cámara Go-Pro al río y todos la estuvieron buscando durante un rato, hasta que de repente, por pura intuición, el guía introdujo la mano en el agua y sacó la cámara extraviada. Cuando le preguntaron cómo lo había hecho, el guía se encogió de hombros y dijo: “Hay que saber leer la naturaleza”.