El primer parque temático de Disney abrió sus puertas nada más y nada menos que en 1955, concretamente el 17 de julio. Ese día quedaría grabado en la mente de cientos de niños que tuvieron la oportunidad de asistir a la inauguración de uno de los lugares más entrañables de Estados Unidos, el cual más tarde sería definido como "el lugar más feliz de la Tierra".
Gracias a Buzzfeed y a su increíble recopilación de imágenes, ahora podemos imaginar un poco cómo fue ese primer día de Disneyland en Anaheim, California. Aquel día, todo el mundo estaba pendiende de lo que ocurría en Anaheim. Había más de 2.000 empleados preparados para recibir a los asistentes, pero el número de personas duplicó las previsiones y, en total, asistieron 35.000 afortunados -algunos con entradas falsas-. Por este motivo, el público entraba al parque en grupos reducidos cada 20 minutos. Quienes no pudieron asistir a la inauguración, pudieron ver todos los detalles en televisión gracias a ABC. 90 millones de espectadores vieron qué ocurría en Disneyland a través de la pequeña pantalla.
Sin embargo, ese día se pusieron de manifiesto todos los errores que habían cometido durante la construcción del parque y hubo algunos fallos. Los restaurantes no pudieron cumplir con la demanda, las fuentes de agua dejaron de funcionar y el excesivo calor de julio provocó que algunas zonas fueran inaccesibles. Varios medios se centraron en estos aspectos y dijeron que el parque había sido una decepción.
A día de hoy, ha superado las expectativas que tuvieron los creadores de Disneyland Park y eso de ser una experiencia decepcionante ha quedado muy atrás. Lo que empezó como una estrategia para evitar que Disney cayese en bancarrota después de la I Guerra Mundial, ha terminado siendo una sólida red de parques de entretenimiento en todo el mundo.
"A cuantos entren en este maravilloso lugar, ¡bienvenidos! Disneyland es su mundo. Aquí, la edad revive los gratos recuerdos del pasado...y los jóvenes podrán apreciar el desafío y la promesa del futuro". Según Disneylandnews, este fue el discurso que Walt Disney dio ese 17 de julio y, curiosamente, hoy en día sigue teniendo el mismo sentido.