Con decenas de miles de series y películas, el catálogo de Netflix es una auténtica mina de joyas ocultas y una de ellas es la película alemana Y mañana el mundo entero, una de las mejores de su año pero cuyo paso por las salas de cine fue absolutamente fugaz y pasó completamente desapercibida fuera de sus fronteras.
Aunque considerada "valiente y conmovedora", la cinta llegó a ser objeto de debate en Alemania como consecuencia de su falta de pudor a la hora de ofender sensibilidades políticas y ahora, coincidiendo con su estreno por primera vez en abierto en su país a través de ARTE -la cadena franco-alemana de servicio público- el pasado mes de mayo, ha vuelto a avivar el interés por parte del público. En España la película no llegó a pasar por las salas de cine y se estrenó sin demasiado ruido hace ahora justo un año en plataforma de 'streaming' Netflix, donde puedes verla desde entonces siempre que seas suscriptor.
Dirigida por Julia von Heinz y con una duración de apenas dos horas, Y mañana el mundo entero se estrenó en las salas de cine alemanas en octubre de 2020 después de su debut en el Festival de Cine de Venecia, fue nominada en algunos de los certámenes de cine más prestigiosos de su país y también fue la película elegida por Alemania para los Oscar como Mejor película extranjera, aunque no fue nominada por la Academia.
¿De qué va Y mañana el mundo entero? Pues el punto de partida de la cinta es el comienzo por parte de la protagonista de la cinta, una joven llamada Luisa a la que interpreta la actriz alemana Mala Emde, de sus estudios de Derecho. Luisa viene de buena familia y siente un gran rechazo hacia el áuge de la derecha en su país, así como de la proliferación de los partidos populistas. Así, junto a su mejor amiga Batte (Luisa-Céline Gaffron) la protagonista acaba haciendo un grupo de amigos de extrema izquierda y juntos se proponen acabar con el fascismo de forma activa.
El problema es que para sus nuevos conocidos, el carismático Alfa (Noah Saavedra) y a su mejor amigo Lenor (Tonio Schneider), la violencia también es un medio legítimo de resistencia. Cuando los tres se apoderan de un teléfono móvil perteneciente a un neonazi y deciden utilizar los datos almacenados para planear una acción arriesgada contra los participantes de una manifestación, Luisa se ve forzada a tomar una decisión sobre hasta dónde está dispuesta a llegar y valorar las las consecuencias que eso podría tener para ella, su familia y el resto de su entorno.
A pesar de su potencial, el paso por las salas de cine de Y mañana el mundo entero fue absolutamente fugaz a consecuencia del Coronavirus, que experimentó un brote importante en otoño de 2020 y, tras una breve apertura, las salas de cine volvieron a cerrar afectando directamente a la película.
Sin embargo, el tiempo en que estuvo "en activo" fue suficiente para herir algunas sensibilidades. Ese mismo año el grupo político alemán AfD (Alternativa para Alemania) criticó en el Bundestag que el partido hubiese sido retratado como antidemocrático en una película que había subvencionada con fondos públicos, pero tampoco los espectadores más afín a la izquierda lo tienen particularmente fácil en la cinta.
¿Violencia o no violencia? La directora Julia von Heinz no proporciona respuestas simples ni concluyentes a la pregunta de hasta dónde se puede llegar para interponerse en el camino de los extremos. Incómoda, compleja, valiente y sin temor a ofender en ninguna de las direcciones, algunos se atreven a asegurar que eso precisamente es lo que la hace tan buena.
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