No es la mejor película de zombis que existe, pero Guerra Mundial Z llegaba a las salas de cine en 2013 como la esperada adaptación de una de las novelas más famosas del género y entre una gran expectación. En aquel momento, gracias a The Walking Dead, el fenómeno zombi estaba en pleno auge y la idea de una superproducción que había costado más de 200 millones de dólares, que estaba protagonizada por Brad Pitt y que mostraba el apocalipsis de una manera tan diferente a otros títulos sobre muertos vivientes había generado grandes expectativas en la industria.
Sacar adelante Guerra Mundial Zeta no fue una tarea sencilla. Basada en la famosa novela homónima de 2006 publicada por Max Brooks y que fue un auténtico de éxito de ventas y a nivel de crítica, varias productoras se disputaron los derechos para su adaptación a la gran pantalla. Finalmente, en el año 2007 fue la productora de Brad Pitt, Plan B Entertainment, la que consiguió finalmente hacerse con ellos, frente a los intentos de la productora de otra de las grandes estrellas de Hollywood, Appian Way, liderada por Leonardo DiCaprio.
Sin embargo, pese a haberle ganado a DiCaprio los derechos de la ambiciosa producción, Brad Pitt tardaría seis años en conseguir estrenar la película y no porque la producción comenzase tarde, sino por la gran cantidad de impedimentos con los que se encontró por el camino.
Con Marc Forster vinculado como director desde el primer momento, los problemas a los que hizo frente la producción estuvieron más vinculados con el proceso de escritura y los cambios en el equipo de la película tuvieron lugar principalmente en el equipo de guionistas, aunque también se produjeron algunos cambios necesarios en las localizaciones de rodaje. El primer encargado de sacar adelante el guion de la adaptación fue el guionista J. Michael Straczynski, cuyo primer boceto rápidamente se ganó la aprobación de Max Brooks. Sin embargo, cuando la cinta parecía ya un hecho y se esperaba que la producción pudiese comenzar, Forster anunciaría que el proceso de escritura seguía el marcha y que ni siquiera estaba seguro que Guerra Mundial Z fuese a ser su próxima película.
No se equivocaba. Al tiempo que las productoras a cargo, entre ellas Paramount Pictures, buscaban nuevos socios para una mayor financiación, el guion fue reescrito por Michael Carnahan y, posteriormente, con la película ya rodada, se le acabaría pidiendo a Damon Lindelof (Perdidos, The Leftovers) que reescribiera el final. Según explicaría él mismo, la razón fueron algunas "incoherencias" relacionadas con el hecho de que el rodaje hubiera comenzado cuando el libreto final no estaba listo al 100%, aunque finalmente ni siquiera fue él quien lo hizo, sino Drew Goddard.
Así, aunque el estreno de la cinta llegó a ser anunciado para 2012, finalmente no pudo ser estrenada a 2013, pero con Plan B y Paramount convencidos de que habían sacado adelante la mejor versión posible de la adaptación del brillante material original. Y en hacerlo se gastaron más de 200 millones de dólares (aunque hay discrepancias sobre cuál fue el presupuesto final de la película).
Con una recaudación de 540 millones de dólares, Guerra Mundial Z resultó ser un auténtico éxito en taquilla, aunque con posterioridad saldría a la luz que, con un presupuesto tan abultado, el dinero recaudado en taquilla no había sido suficiente. De hecho, en 2009 The Hollywood Reporter llegaría a publicar que, según "una fuente bien informada" el hecho de que la película fuese censurada en China se convirtió en la razón final por la que Paramount no quiso dar luz verde a una secuela que no solo se había planeado desde el principio -incluso llegó a hablarse de trilogía-, sino que había dado ya varios pasos al frente y en la que David Fincher y Brad Pitt estarían trabajando juntos cuando se confirmó que finalmente quedaría en el tintero.
¿Por qué China censuró la película? Las razones para ello fueron principalmente dos. Por un lado, que el tema central de la película fuesen los zombis, unas criaturas que no aprueba la censura de China al igual que los vampiros, los hombres lobo y otras criaturas; pero también el hecho de que estuviera producida y protagonizada por Brad Pitt. Tras haber protagonizado Siete años en el Tibet, una película prohibida en el país asiático por su negativo retrato de la invasión del Tíbet en 1950-1951 y su representación del Dalai Lama, al actor se le prohibió ingresar a territorio chino durante 17 años. Volvería a hacerlo en 2014, pero la película censurada se estrenó en el año 2013.
