A simple vista esta idílica mansión situada en el 112 de la calle Ocean Avenue, de Amityville (Nueva York), podría ser la casa de los sueños de cualquiera de nosotros. Sin embargo, y pese al cartel que colgaba de la entrada en el que podía leerse "Grandes esperanzas", esta residencia se convertiría en un auténtico infierno la noche del 13 de noviembre de 1974. Esta noche, Ronald DeFeo, un joven de 23 años aparentemente normal, asesinó a sangre fría, y mientras dormían, a toda su familia, a sus padres y sus cuatro hermanos.
Lejos de desmoronarse por sus actos, DeFeo se lavó, se cambió de ropa, escondió el arma homicida dentro de una funda de almohada, y salió rumbo al bar más próximo a su casa. Allí, con una entereza fuera de lo normal, se atrevió a decir que alguien había disparado a sus padres en su casa. Inmediatamente el dueño del bar llamó a la policía, que acudió en la mayor brevedad a esta mansión que pasaría a la historia.
Una vez en la casa, descubrieron que los padres no eran las únicas víctimas, sino que los cuatro hijos del matrimonio también yacían sin vida en sus respectivos dormitorios. Todos ellos estaban con los brazos en cruz y habían sido disparados por la espalda, excepto la madre que había recibido un tiro en la cabeza. Esto hizo que Ronald pasase a ser considerado el principal sospechoso del brutal crimen.